Panorama Suizo 5/2024

5 festival que se celebra en este sitio. Pero desde entonces las cosas han cambiado: a principios de 2026, el distrito de Moutier también se escindirá de Berna para incorporarse al Jura, con lo que este ganará 7 500 habitantes: podría ser el desenlace de la épica disputa en torno al Jura. La fundación del cantón del Jura ilustra “la fuerza que puede tener la democracia”, declaró la Consejera Federal Elisabeth Baume-Schneider, quien vive en Les Breuleux, no muy lejos de Le Noirmont, en una entrevista con motivo del 50.° aniversario de este cantón: “La libertad de los pueblos, la libertad de tomar sus propias decisiones, es fundamental para el Jura y sus habitantes”. Basta pedalear (contra el viento, por supuesto) por esos solitarios derroteros de Franches-Montagnes que, de camino a Saignelégier, pasan de vez en cuando junto a una granja aislada, para darse cuenta de que la definición que ofrece la Consejera Federal de un Jura libre y sin trabas no solo se aplica a la política, sino también al paisaje. por la libertad separación del cantón de Berna. Con ello, corregían el veredicto de 1815: tras su victoria sobre Napoleón y el Congreso de Viena, las grandes potencias europeas habían anexionado el Jura (que antes pertenecía al arzobispado de Basilea) al cantón de Berna. La incorporación de esta zona periférica era una compensación para Berna, que había tenido que renunciar a sus territorios en Argovia y Vaud. El pequeño Jura, católico y francófono, se encontraba en minoría en el gran cantón de Berna, protestante y germanófono, por lo que los conflictos, la discriminación y las aspiraciones de autonomía serían inevitables. En retrospectiva, los expertos políticos consideran que las luchas en torno al Jura antes de la histórica votación de 1974 podrían incluso haber desembocado en una guerra civil. Y no exageran: a partir de los años sesenta, la organización separatista “Rassemblement jurassien” [Agrupación jurasiana] y su sección juvenil, los “Béliers”, orquestaron la resistencia contra Berna con tal destreza y furor que a menudo el conflicto estuvo a punto de degenerar. En 1969, jóvenes manifestantes del Jura se reunieron en la Bundesplatz de Berna para quemar el polémico manual de “Defensa Civil” que el Consejo Federal había distribuido a todos los hogares de Suiza. Los activistas también asaltaron la cámara del Consejo Nacional en 1968. Tampoco faltaron grupos de disidentes radicales que llevaron a cabo atentados incendiarios. Sin embargo, en junio de 1974 se tomó una decisión democrática y pacífica a favor de la autodeterminación del Jura. Pero esto abrió nuevas heridas: solo los tres distritos del norte (Franches-Montagnes, Porrentruy y Delémont) querían formar un nuevo cantón. Los distritos del sur permanecían fieles al cantón de Berna. La fuerza de la democracia En 1979, cuando el nuevo cantón pasó a formar parte de la Confederación Helvética, el Jura quedó dividido en dos. En la mente y el corazón de los habitantes del Jura, los frentes seguían siendo irreconciliables o, incluso, se habían endurecido. Estallaron ataques y provocaciones, como el audaz robo del legendario pedrusco de Unspunnen, en el Oberland Bernés, una piedra de 83,5 kilos que se lanza en la tradicional competición deportiva del Guerra de símbolos: la actriz Shawne Fielding presenta el Unspunnenstein, que volvió a aparecer en 2001. Los separatistas habían robado la piedra en 1984, la escondieron y la rotularon con mensajes políticos. Foto Keystone La resistencia de los separatistas contra el cantón de Berna fue encarnizada. Foto: En 1972, los “Béliers” se manifestaron en Berna por la soberanía cantonal del Jura. Foto Keystone Panorama Suizo / Octubre de 2024 / Nº5

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