En Suiza viven una media de 214 personas por kilómetro cuadrado, frente a tan solo 88 en el cantón del Jura. Aquí, a pesar de las buenas vías de comunicación, es posible vivir lo suficientemente lejos del vecino más próximo como para que la distancia geográfica genere tolerancia hacia los que tienen opiniones diferentes o están dispuestos a experimentar. En el Café du Soleil, situado en la plaza del mercado de Saignelégier, se cultiva el inconformismo desde hace mucho tiempo. En 1980, un año después de la creación del cantón, un grupo de amigos con ideas afines transformó esta antigua taberna en un centro cultural concebido como “un espacio destinado a fomentar el análisis crítico y la libertad, entendida ésta como reconquista de la autonomía personal y contribución a la de la región”, según reza su manifiesto fundacional. Hoy en día, el Café du Soleil ha perdido parte de la fogosidad que lo distinguía en sus inicios: además de su menú que incluye rollitos de primavera vegetarianos y filetes de costilla de 200 gramos, ofrece exposiciones y conciertos como telón de fondo cultural. Sin embargo, lugares como Saignelégier mantienen grabada en el corazón de los forasteros la imagen romántica del Jura inconformista. Antimilitaristas y ecologistas A corta distancia del estanque de la Gruère, una joya paisajística que recuerda la región de los lagos en Finlandia, el camping local es uno de los poquísimos de Suiza que no ofrece ni espacios señalizados, ni tomas de corriente eléctrica; por no hablar de un sistema de reservas, ya que hay sitio para todos: “C’est ça, la liberté” [“Es eso la libertad”], afirman los encargados. Continuando nuestro camino, pasamos por el apacible pueblo franco-montañés de Les Genevez, que nos llama la atención por su joven alcalde, Anael Lovis, de sólo 23 años. Sin embargo, este pequeño municipio se dio a conocer hace décadas cuando sus habitantes se opusieron a la construcción de una base militar en sus inmediaciones, que llevaba mucho tiempo en proyecto, por considerar que amenazaba pantanos como el estanque de la Gruère, “muy importante para la identidad del Jura”, como señala la Consejera Federal Baume-Schneider; y muy importante también para la imagen que del Jura tienen los antimilitaristas y los ecologistas de la Suiza alemana. La imagen progresista que el Jura proyecta al exterior se ve reforzada por el hecho de que en 1979 este cantón joven, rebelde pero ambicioso, aprobara una Constitución muy adelantada a su tiempo (y al resto de Suiza), que consagraba el derecho de huelga, el derecho al trabajo y a la vivienda, la igualdad de género y la creación de una Oficina de Asuntos de la Mujer. Por si fuera poco, los no suizos residentes en el Jura también pueden votar en las elecciones cantonales y los referendos. Paisajes naturales como el estanque de la Gruère caracterizan la imagen que muchos suizos tienen del Jura. Foto Keystone El cantón del Jura en su extensión actual. Se ampliará a principios de 2026: Moutier, que aparece en el mapa entre Delémont y Granges, abandonará el cantón de Berna para unirse al cantón del Jura. En el centro cultural Café du Soleil, en Saignelégier, se cultiva el inconformismo desde hace mucho tiempo. Foto Jürg Steiner Le Noirmont Panorama Suizo / Octubre de 2024 / Nº5 6 Tema Clave
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