tas en estas condiciones. Sin embargo, si hacemos movimientos rápidos, las cosas cambian. Bajo el agua, uno puede desplazarse moviendo los brazos y los pies. En estado de ingravidez, esto no es posible. Si volviera a ser joven, ¿querría ser astronauta otra vez? Sí, no cabe la menor duda. ¿Y querría volver a la Luna? ¿O, incluso, a Marte? Me encantaría viajar a la Luna. No está lejos, solo a unos días; es como un suburbio de la Tierra. En cuanto a Marte, tendría que pensarlo más. Si tuviera treinta años, probablemente diría que sí, aunque soy consciente de que supondría un enorme esfuerzo, tanto mental como físico. ¿Por qué? Marte está extremadamente lejos. La Tierra solo sería un minúsculo punto azul, en algún lugar del horizonte negro. Las señales de radio tardarían hasta veinte minutos en llegar. Un ser humano se sentiría extremadamente aislado. Psicológicamente, esto sería muy difícil de soportar. ¿Qué opina acerca de la posibilidad de colonizar Marte? Quienes han nacido para ser exploradores podrían atreverse a emprender un viaje así, con todas sus ingentes dificultades. Por ello, considero que explorar Marte es posible. Pero que millones de personas viajen allá algún día... no lo creo. Encontrará fotos de las misiones espaciales de Nicollier en la versión en línea de este artículo, en www.revue.link/nicco https://asclepios.ch ¿En qué es agradable esta sensación? Uno puede ocupar todo el espacio, sin tener que estar pegado al suelo. Puede poner los pies en el techo o en la pared. Es una sensación maravillosa. ¿Y cómo se duerme? El Space Shuttle contaba con sacos de dormir, que se fijaban a la pared o al techo. No se puede dormir flotando. ¿Por qué no? Para poder dormir hace falta cierta estabilidad, especialmente para la cabeza. En el Space Shuttle podíamos mantener la cabeza apoyada contra la almohada gracias a una cinta de tela. Ocurre lo mismo en la Tierra: no se puede dormir si la cabeza no reposa sobre la superficie de la cama. Para reparar el telescopio espacial, usted trabajó con una especie de destornillador de batería. ¿No existía el peligro de que girara usted, en lugar del tornillo? Sí, ese peligro existe. Por eso siempre hay que aferrarse a algo con la otra mano, antes de ponerse a atornillar. Si se requieren ambas manos, los pies deben sujetarse a un soporte. En cuanto se aplica fuerza en estado de ingravidez, se produce una acción y una reacción. Hay que estar entrenado. ¿Cómo se puede entrenar? La ingravidez no se puede simular. Depende. Cuando uno se mueve muy lentamente en un tanque de agua, la sensación que experimenta es similar a la ingravidez. No es difícil aprender a utilizar herramienclaro lo serio que se lo ha tomado ya. Un gran problema, dice, es permanecer totalmente aislada durante meses. No es posible volver a casa, ni siquiera si un ser querido enferma o muere. “Es más difícil volver de la Antártida que de la Estación Espacial Internacional, por más que estés en tu propio planeta”, dice. Sin embargo, agrega: “Creo que sí aceptaría”. Los astronautas Michael Foale (izquierda) y Claude Nicollier sustituyen sensores en el telescopio espacial Hubble (1999). Nicollier se sujeta al brazo del transbordador. Foto Keystone/Nasa Panorama Suizo / Diciembre de 2024 / Nº6 21
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