Panorama Suizo 6/2024

deral, máxima autoridad jurídica suiza, la ha ratificado en varias de sus sentencias. La Academia de Ciencias Médicas ha elaborado unas directrices éticas: el suicidio asistido es justificable en caso de sufrimiento insoportable constatado por un médico, unido a un deseo de morir permanente y debidamente meditado por parte de un individuo en plena posesión de sus facultades mentales. Según las últimas estadísticas federales, 1 600 personas residentes en Suiza murieron por suicidio asistido en 2022. A esto se añaden las personas procedentes del extranjero, cuyo número total se desconoce. En 2023, 235 personas recibieron asistencia de la organización Asistencia en caso de pensamientos suicidas La página web www.143.ch ofrece asistencia en caso de pensamientos suicidas, también por chat e e-mail. Sin embargo, tenga en cuenta que el número de teléfono de emergencia 143 está reservado para llamadas desde Suiza. Ayuda para los afectados y sus familiares: www.parler-peut-sauver.ch Dignitas, que, a diferencia de Exit, también asiste a personas sin residencia ni pasaporte suizos. ¿Es necesario un marco legal? A pesar de las críticas al “turismo de la muerte”, la política liberal de Suiza goza de apoyo popular. Así lo demuestran las votaciones cantonales (la última en Ginebra, en junio), que a menudo giran en torno a la cuestión de si el suicidio asistido debería ofrecerse en los centros asistenciales públicos. Algunas organizaciones de suicidio asistido también han ampliado sus procedimientos, haciéndolos extensivos a las personas mayores que no padecen una enfermedad grave. Sin embargo, los proveedores de Sarco van un paso más allá, al proponer el suicidio asistido sin atención médica. Hasta ahora, todos los intentos políticos de endurecer la reglamentación han resultado en vano; el último se remonta a hace quince años. Sin embargo, se han presentado nuevas iniciativas en el Parlamento: la Consejera Nacional de la UDC de Zúrich, Nina Fehr Düsel, pide al Gobierno Federal que prohíba la cápsula Sarco. El Consejero Nacional de Zúrich, Patrick Hässig, de los Verdes Liberales, aunque rechaza tal prohibición, exige que el Gobierno promulgue una ley nacional de suicidio asistido, argumentando que se necesita un marco legal que proteja a todas las personas afectadas: tanto a los candidatos al suicidio asistido y sus familiares, como al personal de las organizaciones dedicadas a esta tarea. ¿Promulgar una ley específica sobre el suicidio asistido, en lugar de seguir remitiéndose al derecho penal, la seguridad de los productos, la legislación sobre sustancias químicas o estupefacientes? Tras un largo periodo de apatía, Suiza empieza a debatir este delicado tema. Una cosa es cierta: los suicidios asistidos no han dejado de aumentar. En 2003, 187 personas eligieron esta opción. Actualmente, esta cifra asciende a 1 600, lo que corresponde a un incremento del 755 % en los últimos veinte años. ciarse sobre el caso. La reacción pública en Suiza fue ampliamente negativa. La prensa de Schaffhausen denunció una “perversa estratagema de marketing”, y los medios de comunicación nacionales no se mostraron menos críticos. Por su parte, las organizaciones de eutanasia acreditadas se distanciaron claramente del caso. Un método considerado dudoso Suiza es conocida por su liberalidad en materia de eutanasia, razón por la cual ha sido elegida por los defensores de esta causa. ¿Por qué tanto revuelo, entonces? Entre otros motivos, porque hay preguntas sin respuesta acerca de la organización. Como reveló el Neue Zürcher Zeitung, una primera utilización de Sarco se canceló en verano, después de que la candidata al suicidio abandonara The Last Resort, acusando la organización de haber abusado económicamente de ella y levantado revuelo mediático en torno a su caso. The Last Resort rechaza las acusaciones. La mujer, también de nacionalidad estadounidense, murió más tarde con la ayuda de otra asociación. También hay dudas sobre la nueva tecnología propuesta: morir aislado en una cápsula, sin contacto humano. Además, apenas hay experiencia con el método del nitrógeno. ¿Qué ocurre si la muerte no es “rápida y serena”? En Suiza se utiliza normalmente el pentobarbital sódico como agente eutanásico en el suicidio asistido, un fármaco recetado por un médico. Sarco plantea la cuestión de si, tras más de cuarenta años de liberalismo, no sería conveniente una mayor intervención estatal, algo que los políticos se han abstenido de hacer hasta ahora. Directrices éticas en medicina El suicidio asistido mediante un medicamento letal que la persona dispuesta a morir puede tomar ella misma, está poco regulado. El Código Penal solo castiga a quien ayude a alguien a morir «movido por un interés egoísta». Lógicamente, esto significa que la asistencia desinteresada está permitida. Sobre esta base se ha estado sustentando la práctica liberal desde que se fundó, en los años ochenta, la primera y ahora mayor organización de suicidio asistido en Suiza: Exit. El Tribunal Supremo FeAnte el Parlamento, la Consejera Federal Elisabeth Baume- Schneider declaró ilegal la cápsula de suicidio. Ello no obstante, los promotores de Sarco hicieron caso omiso de este acto de autoridad. Foto Keystone Panorama Suizo / Diciembre de 2024 / Nº6 23

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