Noticias del Palacio Federal LISA STALDER Ante nosotros se extiende un vasto césped que invita a tomar el sol y hacer pícnic, con vistas al lago de los Cuatro Cantones y las montañas circundantes... y con gran importancia simbólica. Estamos hablando de la Plaza de los Suizos en el Extranjero, de Brunnen (SZ). Este recinto de 5 000 m2, que colinda con el puerto de Föhn, simboliza el sentimiento de pertenencia y apego a su país de origen de los aproximadamente 820 000 suizos residentes en el extranjero. Algunos también llaman a esta plaza el “Rütli de la `Quinta Suiza´”: una denominación muy apropiada, ya que el verdadero Rütli, el legendario sitio donde se fundó la Confederación, está a la vista en la orilla opuesta del lago. Aquí termina también el “Camino de Suiza”, una ruta de senderismo que rodea el lago de Uri y cada tramo de la cual está asignado a un cantón. La Plaza de los Suizos del Extranjero acoge acontecimientos deportivos y culturales, a veces con pantallas gigantes que retransmiten los eventos; el ejército organiza desfiles y la entrega de banderas, y la fiesta nacional del 1.o de agosto ya se ha celebrado aquí en varias ocasiones. Un sitio conmemorativo del 700.° aniversario de Suiza A pesar de su importancia simbólica, sorprende lo poco conocida que es esta plaza en la propia Confederación. Sin embargo, sus comienzos fueron dignos de mención, como nos lo explica Alex Hauenstein, Presidente de la Fundación para la Plaza de los Suizos en el Extranjero, propietaria del terreno: “La Plaza de los Suizos en el Extranjero es uno de los pocos vestigios duraderos del séptimo centenario de la Confederación Helvética, en 1991”. Pero vayamos por orden cronológico: en 1988 se creó la fundación “Plaza de los Suizos en el Extranjero en Brunnen”, integrada por la Confederación Helvética, el cantón y el distrito de Schwyz, el municipio de Ingenbohl, el Banco Cantonal de Schwyz y la Organización de los Suizos en el Extranjero. Un sitio emblemático para acoger a la “Quinta Suiza” Brunnen alberga un rincón muy particular: la Plaza de los Suizos en el Extranjero. Esta plaza se inauguró en 1991, con motivo del 700.° aniversario de la Confederación Helvética. Hoy es el punto de encuentro de los más de 800 000 suizos que residen en el extranjero. Visitemos este sitio emblemático. En vista del 700.° aniversario de la Confederación Helvética, la fundación pudo adquirir el solar a orillas del lago de los Cuatro Cantones, gracias a una campaña internacional de recaudación de fondos entre los suizos del extranjero y una importante contribución de la Confederación. La plaza se abrió al público el 4 de mayo de 1991; fue inaugurada por Jean-Pascal Delamuraz, a la sazón Presidente de la Confederación Helvética. Posteriormente fue uno de los principales escenarios de las celebraciones del séptimo centenario de la Confederación Helvética. El 1.o de agosto de 1991, el Gobierno suizo se reunió al completo en la Plaza de los Suizos en el Extranjero, en lo que fue una especie de visita de Estado a la “Quinta Suiza”. Se rechaza el proyecto “Trampolín” A pesar de su ubicación privilegiada, la Plaza de los Suizos en el Extranjero no llegaba realmente a convertirse en un lugar de encuentro. “Mucha gente ni siquiera conocía la plaza”, dice Alex Hauenstein, quien vivió y trabajó muchos años en Alemania. Él mismo no supo de su existencia hasta 2009, un año antes de incorporarse a la fundación, que preside desde 2014. Junto con los demás miembros del Consejo de la Fundación, se fijó el objetivo de dar a conocer el sitio y promover su uso. Por ello, se encargó a la Escuela Superior de Ciencias Aplicadas del Noroeste de Suiza (FHNW) que elaborara propuestas para una mejor utilización de la plaza. Finalmente, la fundación decidió organizar un concurso para crear un símbolo de la plaza. El proyecto seleccionado fue “Trampolín”, una pasarela que se extendía hacia el lago como un trampolín hacia el ancho mundo. Sin embargo, el proyecto no pudo concretarse. “Fue por la asociación de conservación del paisaje”, dice Hauenstein en tono seco. Un uso polivalente A pesar de este contratiempo, estaba claro que había que dar un mejor uso a la plaza. La gente la utilizaba para tomar el sol, hacer pícnics y muchas otras actividades, pero rara vez acogía eventos importantes. Sin embargo, esto era exactamente lo que hacía falta, ya que la fundación necesitaba ingresos para financiar el mantenimiento del si32 Panorama Suizo / Diciembre de 2024 / Nº6
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