De las marchas de Semana Santa al abandono de la energía nuclear En Suiza, la oposición a la energía nuclear tiene una larga tradición. Comenzó a finales de los años cincuenta y culminó varios decenios después, cuando el electorado se decantó por la transición energética. Al principio, las protestas de los círculos pacifistas y eclesiásticos se centraban exclusivamente en el proyecto del Consejo Federal de dotar a Suiza de armas nucleares. Las marchas anuales de Semana Santa suscitaron nuevas formas de protesta. El año 1969 marcó un hito, con la puesta en marcha de la primera central nuclear de Suiza en Beznau (AG) y el grave accidente del reactor experimental de Lucens (VD). Los opositores empezaron entonces a luchar también contra el uso civil de la energía nuclear, aunque inicialmente solo de forma limitada: criticaban la refrigeración de las centrales con agua de río, que provoca un importante calentamiento de las aguas, así como las torres de refrigeración, por razones de protección del paisaje. La resistencia comenzó en la región de Basilea, donde se construiría la central nuclear de Kaiseraugst. Tras fracasar en su intento de impedir la construcción del reactor por la vía legal, los opositores decidieron ocupar la obra: 15 000 manifestantes se reunieron allí en 1975. La lucha en las calles condujo finalmente al abandono del proyecto. Fue también a mediados de los años setenta cuando se gestó la resistencia popular a las centrales nucleares. Posteriormente se presentaron al pueblo varias iniciativas antinucleares, pero fracasaron por poco en las urnas. Los opositores obtuvieron una importante victoria en 1990, tras el accidente del reactor de Chernóbil: el pueblo votó a favor de una moratoria de diez años para la construcción de nuevas plantas nucleares. Sin embargo, esto no desembocó en un consenso sobre el uso de la energía nuclear. No fue hasta 2017 cuando una mayoría del 58 % del electorado votó a favor del abandono progresivo de la energía nuclear y de la transición energética. (CF) ceso de abandono paulatino de la energía nuclear. La contrapropuesta se someterá a consulta este año, y el Parlamento podría debatirla desde el verano de 2025. Aunque se retire la iniciativa, el electorado seguramente tendrá la última palabra. Es probable que la izquierda convoque un referendo contra el levantamiento de la prohibición de construir nuevas centrales nucleares. Un “sí” en las urnas solo sentaría las bases legales para la construcción de nuevos reactores. Cualquier nuevo proyecto tendría que ajustarse al procedimiento general de autorización, obtención del permiso de obras y explotación. Cada uno de estos trámites podría llevar hasta cuatro años. Esto Durante décadas, las manifestaciones y marchas de Semana Santa formaron parte del incesante y encarnizado debate entre partidarios y detractores de la energía nuclear. En la foto: una manifestación ante la central nuclear de Gösgen (SO), el 25 de enero de 1976. Foto Keystone significa que podrían pasar entre diez y doce años antes de que pudiera empezar la construcción de la obra. El mayor obstáculo para la vuelta a la energía nuclear es su financiación. Las grandes compañías eléctricas suizas subrayan que la construcción y explotación de una nueva central nuclear no sería rentable en las condiciones actuales. La experiencia de otros países demuestra que es casi imposible construir nuevos reactores sin financiación estatal. En Suiza, los partidarios de la energía nuclear ya tienen un plan: echan el ojo a los fondos destinados a promover las energías renovables, argumentando que la población y la economía, que aportan más de mil millones de francos al año, tienen derecho a un suministro eléctrico seguro. Estos fondos se utilizan para impulsar las fuentes de energía respetuosas con el clima, como la hidráulica, la eólica y la solar. A esta categoría pertenece la energía nuclear, consideran los políticos de derechas, quienes concluyen que esta también debería subvencionarse... para disgusto de la izquierda, que luchó arduamente por estas subvenciones. De la misma manera que el abandono progresivo de la energía nuclear ha sido un largo camino plagado de obstáculos, la construcción de nuevas centrales nucleares, si alguna vez llega a concretarse, no será precisamente un camino de rosas. Panorama Suizo / Diciembre de 2024 / Nº6 7
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