Panorama Suizo 1/2025

5 misma suerte. De las 545 estaciones de esquí y remontes mecánicos de Suiza, 230 han desaparecido del mapa, es decir, alrededor del 40 %. Según un estudio de la Universidad Técnica de Dortmund, el cierre de los remontes se debe no solo a la falta de nieve, sino también al decreciente interés de la gente por los deportes de invierno y a la caída de su rentabilidad. No todas las estaciones de esquí abandonadas han sido desmanteladas: en varios lugares, los mástiles oxidados de los remontes, las telecabinas rotas o los restaurantes de montaña en ruinas son mudos testigos de esos paraísos perdidos. Sus antiguos operadores han quebrado, dejando tras de sí no solo deudas, sino también ruinas fantasmagóricas en medio del paisaje. Inviernos cada vez más cálidos En los próximos decenios, el aumento de las temperaturas también supondrá un importante reto para las estaciones situadas a mayor altitud. Por encargo del sector de los remontes mecánicos y de Suiza Turismo, investigadores del clima de la ETH de Zúrich han elaborado previsiones para los inviernos hasta el año 2050. Según estas previsiones, la falta de nieve se agravará en todas las zonas de esquí situadas por debajo de los 1 500 metros. Desde que comenzaron las meseaba, sobre todo porque en 1978 se había instalado allí un cañón de nieve. También se practicaba el esquí con iluminación artificial, lo que permitía a los amantes de la nieve de toda la región disfrutar de su afición después del trabajo. Pero a principios de los años noventa, los inviernos suaves y sin nieve se hicieron más frecuentes. “Por aquel entonces no se hablaba mucho del cambio climático, pero ya intuíamos que algo estaba cambiando”, explica Peter Hammer en una entrevista a Panorama Suizo. Ya han cerrado 230 remontes Desde entonces, el número de días en que las pistas estuvieron abiertas se ha reducido “de veinte a cero”. El operador aún espera que esta última temporada sea favorable. Si no encuentra comprador, la primavera de 2025 definitivamente será la última. Lo que más le duele a Hammer es “que la instalación aún está en buenas condiciones”: la licencia de explotacióm tiene vigencia hasta 2031. El gerente recuerda con nostalgia las últimas décadas y señala que “familias enteras y varias generaciones han crecido esquiando aquí”. Langenbruck no es, ni mucho menos, la única estación de deportes de invierno que ha tenido que tirar la toalla. Muchas otras ya han corrido la motores del remonte, inaugurado en 1952 y el primero de la Suiza noroccidental. Ya de niño, Peter Hammer ayudaba a operar el remonte en su tiempo libre, y hasta ahora se ha mantenido fiel a su compromiso: “Lo que me motiva es ver la alegría de la gente”. Hasta los años ochenta, el esquí estuvo en auge en Langenbruck, situado a escasos treinta kilómetros en línea recta de Basilea. La nieve no escaDescender al valle en esquí a menudo solo es posible con nieve artificial. Arriba, la pista de descenso a Flims (Grisones, 1 000 metros sobre el nivel del mar), en Navidad de 2022. Foto Keystone El remonte mecánico operado por Peter Hammer en Langenbruck está a punto de cerrar. Cuando se inauguró en 1952 (foto de la derecha), la nieve no escaseaba. Foto Volksstimme Sissach, Keystone Panorama Suizo / Enero de 2025 / Nº1

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