Con el objeto de evitar una prohibición general, lanzó una petición y reunió más de 10 000 firmas en un mes. Con el Convenio de La Haya, explica Gugger, ya se han introducido normas de protección eficaces; además, pide que se impongan requisitos estrictos a los países de origen y se garantice un acompañamiento competente en Suiza. “Las prácticas de antaño ya no son posibles”, afirma Stefan Müller-Altermatt, padre de un dres adoptivos, que en su mayoría procedían de países privilegiados. El auge de las adopciones en el extranjero A partir de 1973, debido a ciertos cambios sociales y legales, cada vez más parejas suizas comenzaron a viajar al extranjero, donde podía cumplirse más fácilmente su deseo de tener un hijo. Esto apenas se cuestionaba. Como indica un informe elaborado por expertos, “al igual que ocurre hoy en día con la medicina reproductiva, la actitud socialmente aceptada era que los padres adoptivos tenían, en principio, derecho a tener un hijo”. Y este interés personal solía legitimarse con la idea de caridad arriba mencionada. Ahora, la Confederación y los cantones tienen que asumir su responsabilidad, afirma Sarah Ineichen. “Durante décadas toleraron y hasta facilitaron el tráfico de bebés”. No protegieron lo suficiente a los menores y sus familias biológicas de la explotación. Y ahora, toda una generación de personas adoptadas sufre las consecuencias, añade. “Exigimos que se disculpen por las injusticias cometidas y que ofrezcan un apoyo específico para investigar nuestros orígenes”. Para esclarecer los documentos falsificados, por ejemplo, es necesario realizar pruebas de ADN en los países de origen, subraya Ineichen. Vivir con preguntas sin respuesta Descubrir que los datos sobre las primeras semanas de la vida son vagos, confusos o falsos es extremadamente estresante, afirma Andrea Abraham. Las personas afectadas deben vivir con preguntas sin respuesta, lo cual, a su vez, repercute en su identidad y su sentimiento de pertenencia. “En Suiza hay miles de adultos en esta situación”. El Consejo Federal desea prohibir las adopciones internacionales. “No hay otra manera para erradicar las prácticas abusivas”, argumenta el Ministro de Justicia, Beat Jans. Controlar los procedimientos en los países de origen es extremadamente difícil y costoso, refiere. Y añade: Si bien ya se han logrado notables avances, en parte gracias al Convenio de La Haya Nik Gugger se opone a la idea de restringir drásticamente las adopciones. Nació en la India y fue adoptado por padres suizos, lo cual considera una suerte: gracias a la adopción “crecí en una familia llena de afecto”, afirma. Foto Keystone de 2003 relativo a la Adopción Internacional, el sistema tiene sus límites. El Consejo Federal quiere concretar sus planes para finales de 2026. La prohibición no entrará en vigor antes de 2030. Las personas afectadas directamente se oponen rotundamente a este proyecto. El Consejero Nacional Nik Gugger, del Partido Evangélico Suizo, adoptado de pequeño en la India, declara: “Sin la adopción internacional, probablemente nunca habría crecido en una familia llena de afecto”. niño de Armenia y Consejero Nacional del Centro. En la actualidad, es imprescindible que la documentación esté completa y transparente. Para las suizas y suizos residentes en el extranjero, la reforma no supondrá ningún cambio: “Podrán seguir adoptando conforme a las leyes de su país de residencia”, explica Joëlle Schickel-Küng, de la Oficina Federal de Justicia, porque, en principio, Suiza reconoce las adopciones extranjeras realizadas en el país de residencia de la persona que adopta. Panorama Suizo / Octubre de 2025 / Nº4 15
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