Panorama Suizo 4/2025

“The Young Gods” lanzaron su decimotercer álbum en junio de 2025: Appear Disappear, cuyos sonidos ásperos apelan a la resistencia. Los aficionados al rock podrían pensar que la potente intensidad del álbum recuerda en algunos momentos a la de U2; pero no los verdaderos entendidos, ya que ellos saben que fueron más bien los suizos quienes influyeron en la banda irlandesa. Surgida en 1985 en Ginebra y cofundada por el friburgués Franz Treichler, esta banda de los “dioses jóvenes” ha influido en numerosos grupos, entre ellos, el referido grupo estrella irlandés, sin olvidar a David Bowie ni a la banda alemana Rammstein. La música de “The Young Gods” se basa esencialmente en un rock sin guitarras y en el uso creativo del sampler, un instrumento que permite grabar sonidos de cualquier fuente para recombinar los fragmentos sonoros en múltiples variaciones. Se trata de la misma técnica que primero utilizaron los raperos y, posteriormente, los creadores de la música electrónica. Publicado en junio, Appear Disappear se presenta como un opus de rock, que esta vez sí deja espacio a la guitarra. Si bien algunas canciones de la discografía de la banda están reservadas a los entendidos, este álbum es accesible para un público más amplio. “The Young Gods” querían producir “algo duro”, y lo han conseguido. Su álbum se inspira en las tensiones de nuestro mundo. Appear Disappear es también el título de la primera pista, una sucesión de estampidos de batería, en los que interfiere el sonido desgarrador de las guitarras saturadas. A esta breve pieza le sigue Systemized, una canción en la que Franz Treichler exclama en su inglés un tanto estrambótico “I’m not the enemy” [“No soy el enemigo”]. Appear Disappear solo se descubre tras escucharlo varias veces. ¿Se trata de un disco sombrío? No exactamente. La letra de Shine That Drone celebra la resistencia. “Canto la historia de una multitud que se pone a bailar y a golpear el suelo para levantar el polvo, que a su vez perturba a los drones”, explicó el cantante al periodista musical Daniel Koch. Por lo tanto, Appear Disappear es más una llamada a la lucha que un sombrío cuadro apocalíptico. Los novatos pueden escuchar tranquilamente este álbum antes de retroceder en el tiempo y descubrir la música de estos “dioses jóvenes”: este retorno a los orígenes sin duda agradaría al grupo compuesto por Franz Treichler (guitarra y canto), Cesare Pizzi (sampling y electrónica) y Bernard Trontin (batería), quienes consideran los sonidos como una materia prima maleable. ¿Y qué tiene que ver Suiza con todo esto? La crítica musical no tardó en darse cuenta de que una frase del disco: “I spend my time in the brain of a monster” [“Paso mi tiempo en el cerebro de un monstruo”] es una cita: durante su visita a Suiza en 1964, el Che Guevara utilizó esta expresión para describir la rica Helvecia, un país pacífico con muchos bancos que no siempre están por encima de toda sospecha, como dijera una vez su amigo Jean Ziegler. STÉPHANE HERZOG La Eurocopa que se celebró este verano en Suiza marcó un hito para el fútbol femenino, con récords de asistencia, partidos impactantes y una atmósfera de euforia, tanto en los estadios como en las áreas para aficionados. La selección suiza, la “Nati”, entusiasmó al público nacional en un imponente escenario y, por primera vez en la historia, se clasificó para los cuartos de final de la Eurocopa. Sin embargo, este gran triunfo rojiblanco no debe ocultar el hecho de que las futbolistas han sido marginadas durante mucho tiempo en Suiza. Hasta los años sesenta, se les negaba el acceso a ese coto reservado a los hombres. Si bien es cierto que la federación suiza, a diferencia de las de Inglaterra o Alemania, no prohibía formalmente el fútbol femenino, las pioneras tuvieron que luchar duramente por su “derecho al gol”, como relatan en su libro la historiadora Marianne Meier y la investigadora de género Monika Hofmann. Entre las pioneras figuraban las hermanas Monika y Silvia Stahel, quienes en 1963 fundaron el primer equipo de fútbol femenino, el FC Goitschel, en el pueblo de Murgenthal (AG). Con su creciente éxito, las ambiciones de las futbolistas también fueron en aumento: ya no se conformaban con ser la nota exótica en los torneos locales. Si bien su petición de fundar una competición femenina reconocida se topó con el rechazo rotundo de la Asociación Suiza de Fútbol (ASF), para apaciguar a las decepcionadas jugadoras esta les ofreció una formación para ser árbitras. Las mujeres de Argovia habrían preferido jugar ellas mismas, pero vieron en esta oferta una oportunidad para demostrar de otra manera sus habilidades en el campo de fútbol. Las “damas con silbato” solo participaban en partidos juveniles. El giro decisivo llegó en 1970, al fundarse la Liga Suiza de Fútbol Femenino, que veinte años después se integraría en la ASF. En esa década también se celebraron los primeros partidos internacionales de la selección. Entre las mejores jugadoras de la “Nati” se encontraba Madeleine Boll, la famosa “Mado”, que tenía contrato con el club milanés ACF Gomma Gomma. Esta talentosa futbolista se había trasladado a Italia tras ver frenada su carrera en Suiza. De joven, Mado había jugado con éxito en el equipo juvenil (masculino) del FC Sion e incluso obtuvo, por equivocación, una licencia de la ASF en 1965. Cuando la federación se percató del “error”, le retiró a Boll su derecho a disputar partidos. Pero Mado no abandonó su sueño y allanó el camino para miles de niñas y mujeres que desde entonces han seguido sus pasos. THEODORA PETER Podcast acerca del libro (DE/FR): www.revue.link/pod The Young Gods: 40 años de rock experimental suizo ¡Gol, gol, goool! THE YOUNG GODS: “Appear disappear” Two Gentlemen records, Lausana, 2025 MARIANNE MEIER & MONIKA HOFMANN: “Das Recht zu kicken. Die Geschichte des Schweizer Frauenfussballs”. Editorial Hier und Jetzt. Zúrich, 2025. 335 páginas, 39 francos. Panorama Suizo / Octubre de 2025 / Nº4 27 Leído Oído

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