9 CHRISTOF FORSTER Fue un golpe que sacudió a Suiza hasta sus cimientos: el Presidente estadounidense Donald Trump eligió el día de nuestra Fiesta Nacional para imponer a Suiza un exorbitante arancel del 39 %. Solo unos pocos países en el mundo deben hacer frente a aranceles más elevados. Quienes más resentirán el impacto de estos elevados aranceles serán los fabricantes de maquinaria, relojes y artículos de lujo (entre otros, las cápsulas Nespresso). Queda excluida la industria farmacéutica. bió el Washington Post sobre su conversación telefónica. Sin embargo, todo resultó ser un malentendido, en el que también cayó Keller-Sutter. Trump le habría hecho muchas preguntas, por lo que creyó haber encontrado la manera de acercarse a él. A raíz de ello, delegaciones de alto nivel de ambos países llegaron a un acuerdo arancelario. Solo faltaba la firma de Trump. Pero esta se hizo esperar. En Berna comenzaron a surgir las dudas. Poco antes de que expirara el plazo, Keller-Sutter solicitó una segunda conversación telefónica con el Presidente estadounidense. Circulan diferentes versiones sobre el desarrollo exacto de esta conversación. En cualquier caso, no dio el resultado esperado. Más bien todo lo contrario: en lugar del 31 % anunciado inicialmente, las empresas suizas se ven ahora penalizadas con un arancel del 39 %. Una vez más, quienes creían en una relación especial entre las dos “repúblicas hermanas” se sienten defraudados. En estos momentos, la relación recuerda más bien a la de una hermana mayor que impone su voluntad a la menor. Un golpe donde más duele El anuncio de esta elevada tasa arancelaria volvió a desatar un auténtico revuelo en Suiza. Políticos y representantes del ámbito económico buscaron desesperadamente maneras de revertir el veredicto. Además, todo esto tenía algo de humillante: mientras el Presidente estadounidense hablaba despectivamente de la Presidenta Federal en televisión, esta se encontraba ya en el avión rumbo a Washington. Pero las negociaciones no dieron fruto: la economía suiza debe, al menos por ahora, hacer frente a un arancel del 39 %. Los altos aranceles afectan a Suiza en un punto especialmente sensible. Las exportaciones son la arteria vital de su economía, ya que han contribuido decisivamente a la prosperidad del país. Durante mucho tiempo, en la era del comercio mundial abierto, Suiza pudo beneficiarse de su condición de pequeño Estado no miembro de la UE. Pero esa ventaja se vuelve cada vez más incierta. La división del mundo en bloques de poder, tal y como se perfila actualmente, podría llevar a Suiza a acercarse a la UE. Un primer paso en esta dirección sería la aprobación del nuevo paquete de acuerdos con la UE. Más que un shock arancelario En un primer momento, todo apuntaba a que Suiza formaría parte del primer grupo de países que podrían llegar a un acuerdo arancelario con EE. UU. Pero el 1.o de agosto llegó la sorpresa: el Presidente Trump decretó un arancel del 39 % a las importaciones procedentes de Suiza. La Presidenta Federal, Karin Keller-Sutter, durante la celebración del Día Nacional en la histórica pradera de Grütli: todas las preguntas giraban en torno al shock arancelario, ninguna en torno a la fiesta nacional. Foto Keystone Un tema relacionado: el duro revés que significa para Suiza la compra de los cazas de combate estadounidenses F-35 (página 23). En cambio, Suiza eliminó todos los aranceles industriales a principios de 2024. Más del 99 % de todos los bienes procedentes de EE. UU. pueden importarse a Suiza libres de derechos de aduana. El Consejo Federal se mostró consternado por el anuncio de Trump. El Presidente del Partido Liberal Radical (PLR) habló de una “catástrofe”. Por su parte, el Partido Socialista Suizo (PSS) criticó lo que denominó una “estrategia de adulación” del Consejo Federal hacia los Estados Unidos, estrategia que, en su opinión, ha resultado en un fracaso “contundente”. La asociación empresarial Economiesuisse se mostró consternada: los altos aranceles son incomprensibles y carecen de justificación, declaró. Un acercamiento fallido Durante mucho tiempo, el Consejo Federal y la economía se consideraron a salvo: si bien en abril Trump había impuesto a Suiza un arancel del 31 %, poco después la Presidenta Federal, Karin Keller-Sutter, se puso en contacto con Trump. Al parecer, logró mostrarle las consecuencias de su política arancelaria. Al menos eso es lo que escriPanorama Suizo / Octubre de 2025 / Nº4 Noticias
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